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Leyendo en Fulham

El grupo de lectura de literatura latinoamericana y española en West London

Se entiende que todos se vayan

La verdad es que la primera palabra que me viene a la cabeza es decepción. Gran decepción si hay que ponerle un adjetivo. Había escuchado y leído grandes cosas sobre Wendy Guerra. Su actividad, su internacionalismo, su presencia como la voz cubana: todo me hacía pensar que estaba frente a una gran escritora. Pensé que era la seguidora de Cabrera Infante o de Pedro Juan Gutiérrez. Incluso me tenté por el título. Pura ilusión: descubrí con decepción (gran decepción si hay que ponerle un adjetivo) que el libro era malo y lo mejor de todo era, y por lejos, el título del libro. Me costó leerlo; no veía la hora que terminara. Me costó incluso estando escrito como un diario (va desde la infancia hasta la adolescencia) cuyas entradas no tenían casi nunca más de dos páginas.

¿De qué estamos hablando? Wendy (adulta) escribe el (falso) diario de Nieves. Nieves (por cierto en algún momento se explica porque la protagonista se llama Nieves en Cuba; la explicación es tan burda que ni vale la pena detenerse en ella) encuentra en el diario la única forma que tiene de expresarse y de resistir lo que se ve como una infancia y adolescencia dura. La madre de Nieves es periodista pero no logra nunca acomodarse con el régimen y deben mudarse constantemente de lugar. El padre de Nieves es un decadente actor que se emborracha constantemente. Celoso del matrimonio de la madre con un sueco, el padre logra gracias a denuncias de baja política quedarse con la custodia de la niña. La vida con el padre es, literalmente, un infierno. Termina en algún momento, no entendí muy bien las razones, viviendo en un orfanato del cual es rescatada por a madre. La adolescencia de Nieves también es complicada. Logra estudiar arte y se desencanta con los compañeros y con aquellos que ven en el arte un negocio. Se enamora apasionadamente de un artista mayor que tiene contactos en Europa pero la trata como se trata a una niña cuando se tiene otras amantes más maduras. Hay una relación de amor/admiración/celos con la mujer anterior del pintor con quien, por cierto, logra entablar una relación en que se permiten abrirse la una a la otra.

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Pasiones humanas y contexto histórico: la enorme habilidad de Cercas

Con cada libro que tenemos de Cercas lo confirmamos: es un escritor gigante. Pero además es gigante a su manera, una manera que a mí me gusta muchísimo: nos hace ir de la mano por esas historias que sabemos que no son del todo reales pero no son del todo ficción; historias construidas perfectamente gracias a mínimos detales adulterados que nos hacen respirar como el clima de la época se cuela en la vida cotidiana, en los personajes y en cada una de las acciones que éstos emprenden.

Cercas sabe elegir muy bien algunos momentos de la España contemporánea para situar sus historias. Pero es que no solo elige bien el momento; más importante: busca con la precisión de un cirujano exactamente el punto que tiene que tocar, que hace que todo lo demás tenga sentido en la historia y lo saca y construye alrededor de este pequeño punto todo un mundo.

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Agua y estrellas: una nueva poesía de Guzmán.

Patricio Guzmán, es simplemente, un poeta. Y un poeta exquisito. Un poeta que nos lleva mágicamente de la mano para contarnos historias que en la superficie son simples, evidentes y visibles y, al mismo tiempo, intensas y salvajes cuando se raspa un poco la superficie. Y nos lleva con su propia voz que tiene el ritmo, el tono y los quiebres perfectos.

Ayer vi El botón de nácar, su último documental. Trata de algo tan sencillo como el agua. Y cómo el agua ha sido la base de vida de los pueblos originales chilenos. Y cómo gracias al agua llegaron los barcos y los mapas que los exterminaron. Y cómo el agua, en tiempos más recientes, se usó también como cementerio de las víctimas de Pinochet. Y de cómo el agua viene de lejos, de muy lejos, de recónditos rincones del universo. Y también nos cuenta cómo el agua habla y se comunica. Y cómo se conecta con las estrellas. Y cómo el agua tiene memoria.

Y nos obliga a estar ahí. Remando entre los fiordo chilenos en las canoas. A no querer ni pestañar.

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Primeras ideas sobre Intemperie

Hay mucha, mucha tela para cortar en Intemperie de Jesús Carrasco. Vamos a dejar lo grueso para la discusión pero quiero hacer un par de comentarios.

Primero y antes que nada, no se asusten: la mitad de las palabras no se entienden (me empeñé en usar el diccionario las primeras páginas y después desistí). Sin duda el vocabulario utilizado (sin duda puede haber un poco de altanería) te hace aterrizar de golpe en un escenario rural español (bueno, esto de español no sé del todo porque tampoco se las palabras rurales que usan en América Latina).

Segundo: al autor. Y al mundo alrededor del autor. Jesús Carrasco hizo su debut editorial con esta novela a los 40 (todavía hay esperanzas). La novela fue alabada por la crítica española e internacional y antes de ser publicado en castellano ya se había vendido a varios países y traducido a 13 idiomas. Las críticas son unánimemente benéficas: han encontrado al gran escritor español joven. Incluso he leído alguna que otra corrección de crítica que enaltecen el libro desmarcándose de lo que se había dicho antes. Hay algo así como un fervor de la industria editorial por este autor y me da la sensación que es complicado ir contra corriente. Leí por ahí que alguien pensaba como la editorial lo estaría esperando para su próximo libro y que no le gustaría estar en los talones de Carrasco. De hecho en estas semanas se publicó el segundo libro La tierra que pisamos y no gustó tanto.

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Un grupito de amigos en El Club

¿Qué mejor que en Semana Santa que ver una peli de curas? Bueno, yo no sabía que El Club de Pablo Larraín era de curas y mucho menos de ese tipo de curas.

Argumento: cuatro tipos y una mujer viven en un remoto pueblo costero chileno. Durante el día entrenan a un galgo que es una estrella en las carreras que se celebran el fin de semana y les hace ganar mucho dinero. De repente esta hermosa quietud y calma se detiene cuando un cura es enviado a vivir allí y uno descubre que ellos cuatro también son curas y ella es una monja. Ni bien llega el nuevo cura un desconocido se pone a gritar en la puerta de la casa acusando al nuevo cura de pedófilo. Los antiguos habitantes le piden que salga a asustar al desconocido para que se vaya y le dan un revolver. El cura, efectivamente, sale de la casa apunta al desconocido y, sin decir palabra, se vuela la cabeza.

Bueno, eso es solo el inicio.

A partir de ahí las autoridades eclesiásticas envían a la casa a un cura “burocrático” encargado de llevar adelante una investigación de lo sucedido. Es evidente desde el principio que lo único que él desea es cerrar esa casa. De hecho en el último tiempo este nuevo burócrata se ha encargado de ir cerrando estas casas a largo del país. Es evidente que estas casas son lugares en donde la Iglesia deja estacionados a los curas que han tenido “problemas”.  Pero claro: nadie cuenta nada de nada. Nadie quiere contar que es lo que ocurrió el día en que el cura nuevo se suicidó. Ni nada.

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